Las vueltas que da la vida… casi un año después volvemos a Constantina. Sí, ya sé que muchos aún no ubicais Constantina en el mapa. A la Sevilla de la capital le cuesta descubrir nuevos lugares y no quieren verse desbordados por tanta belleza que hay a su alrededor, tan cerca; pero la verdad es que nuestro tesoro alberga los paisajes más hermosos que podamos imaginar, sierras de encinas, bosques de galerías, ermitas blancas, puestas de sol interminables, temperaturas únicas y un entorno tocado por la mano del Creador. Algo insólito, hermoso y aún por descubrir.
Con este entorno que marca a los que lo habitan no nos extraña para nada que Beatriz se enamorara de Nicolás porque sabía que llevaba dentro todas estas cosas. Volver al Sur, volver a nacer, volver al paraiso y casarte allí… qué más se puede pedir.
Ya estuvimos en la Boda de Silvia y Sebastián y ahora, esta vez, volvimos nuevamente para la Preboda de ellos, de Nicolás y Beatriz. Aquel espejismo del invierno interminable fue sólo eso, un espejismo porque el día de su boda amaneció con el sol más radiante que pudieran imaginar. Antes estuvimos con ellos viendo todos los lugares que visitarían el día de su boda, la Capilla, sus casas, la Hacienda, el Convento… para que todo estuviera a punto. Y fue así como en este entorno maravilloso conectamos e hicimos las fotos que ves ahora. Fruto del amor, de la confianza, del cariño, de la luz y del color.
Podríamos nombrar montones de lugares y parajes hermosos de estas tierras que enamoraron a Beatriz, pero hay uno de ellos que destaca por su singularidad y que no nos podemos perder, son Los pozos de la Nieve, un lugar evocador, como su nombre, amable y por supuesto altamente recomendable. Estas fotos de su preboda las hicimos allí, en ese instante de conexión, unos momentos únicos en un paraje único.
En breve pondremos también las fotos de su boda, pero antes esperamos que hayais disfrutado con las fotos de su preboda como nosotros lo hicimos. Muchas gracias chicos por ser como sois y ofrecernos esta muestra de amor.
